El baúl de Pandora

Reservado para los que deseen abrir su mente

El show de Platón

3 comentarios

En este post vamos a comentar una de las películas, en mi modesta opinión, más interesantes y relevantes, no sólo por la elaboración de la trama en un guión perfecto, sino por sus implicaciones morales, psicológicas, sociales y antropológicas, entroncando directamente con la alegoría de la caverna de Platón y su teoría del mundo de las ideas (este punto ya también tratado en el post sobre la película Matrix).

La historia del film describe el mundo actual, probablemente los años 2000, y se centra en la existencia de un reality show (en el literal sentido del término) que gira en torno a la vida de un hombre en un pacífico pueblo llamado Seaheaven, el típico pueblo con vecinos amables, una comunidad pacífica y solidaria con sus conciudadanos, calles con viviendas unifamiliares y trazados modélicos e incluso un puerto desde donde se observan unas puestas de sol perfectas. Una utopía tomasiana en toda regla. Está felizmente casado, trabaja en una compañía de seguros, paga sus impuestos, corta el césped y siempre es amable con todo el que cruza en su camino. Vamos, un ciudadano modelo. Hasta aquí todo bien. Pero, ¿y si ese hombre no conociera en absoluto la falsedad del mundo que le rodea? ¿Y si absolutamente toda su vida hubiera sido planificada de antemano y todas sus experiencias vitales también? Ése es exactamente el escenario descrito por la película. Todo el pueblo es un gigantesco plató de televisión creado ex profeso para este reality, las rutinas de los actores, la publicidad encubierta, los escenarios e incluso la climatología es artificial y controlada desde la cabina de control de la televisión propietaria del programa. Hasta tal punto llega el control que todo el escenario de la película se desarrolla en una inmensa cúpula aislada del mundo exterior. Al mando de dicho programa se encuentra Christof, el creador megalómano del programa, considerándose así mismo como el padre de Truman e incluso Dios en ese pequeño universo creado para él. En definitiva, Christof define a este reality show como la experiencia definitiva en televisión, una vida real, vivida de forma genuina y espontánea, una vida no actuada, sino experimentada.

La pregunta consecuente sería la siguiente: ¿nunca se ha dado cuenta Truman de los siempre existentes errores consustanciales a tan enorme labor cinematográfica? La respuesta es un sí titubeante. Digamos que sea ha percatado de que existe algo que no encaja, pero no es capaz de armar el puzzle completo, sólo ver las piezas aisladas, siendo el episodio de la actriz Silvia (de la que Truman se enamora) la más relevante de ellas. Además, la dirección del programa se ha encargado de alterar aquellos recuerdos concernientes a episodios de su vida con el objetivo de provocarle un miedo espeluznante a los cambios, a viajar y al mar, siendo el ejemplo más significativo la «muerte» de su padre al ir con él en velero y precipitarse al mar, consiguiendo a través de una condicionamiento clásico provocarle una fobia incontrolable hacia el líquido elemento.

Las similitudes entre esta película y el mito de la caverna de Platón son más que evidentes, así como la simbología alrededor de toda la historia y del protagonista. Dos de estos ejemplos son el propio nombre del protagonista Truman, que se deriva de los vocablos ingleses True Man (hombre verdadero) y el nombre del creador del programa, Christof, abreviatura de Christopher o «el que lleva al mesías» o «el portador de Cristo». Todo esto no hace sino reforzar esa ligazón intelectual entre ambos aspectos. Truman Burbank sería el hombre de la caverna, viviendo en un mundo falso creado sobre el mundo real donde la «realidad» que cree contemplar son sólo sombras del único mundo real, el mundo de las ideas de Platón, asemejado en el film al mundo exterior. De ahí el nombre de True Man, como la representación del hombre intelectual, el hombre verdadero, el filósofo en definitiva, que no se contenta con el mundo puesto ante sus ojos y utiliza la razón y su intelecto para alcanzar la verdad subyacente a sus sentidos. Sólo a través de esas herramientas podrá ser libre finalmente de las cadenas de la ignorancia. Esa libertad es expresada en el film en la elección realizada por el protagonista cuando, una vez se le ha revelado toda la escena teatral, decide adentrarse en lo desconocido aún a pesar de tener miedo y escapar de la cúpula albergante del gigantesco plató del programa de televisión. Sapere aude. Ni más ni menos. La lucha del hombre intelectual por encontrar la verdad, aunque ello provoque frustación, miedo y en algunos casos la muerte. Esta idea también fue expresada por Nietzsche al referirse al concepto «muerte de Dios», describiéndolo como la eliminación de religión como fuente de código moral o teleológico. En la película, aún a pesar de la forzada aplicación del término, podemos apreciarlo también al destruirse todas las construcciones psicológicas que han configurado la experiencia, los recuerdos y en definitiva la vida de Truman y han modelado su carácter y espíritu. Esas bases son falsas y están podridas. Sólo a través de la razón puede dar sentido a su existencia.

Otro aspecto realmente interesante acerca del crecimiento como «animal político», tal como describiría Aristóteles, del protagonista. La experiencia social es uno de los aspectos básicos en la creación de identidades y en la interacción con otros seres humanos, dando sentido y cohesión a cada uno de nosotros. Es decir, al convertirse esa experiencia social en una farsa, cabría preguntarse hasta qué punto su identidad adquirida es verdaderamente genuina y no una planificación preparada, al no ser sincera y espontánea la interacción y el contacto social. Y lo más importante de todo, ¿qué impacto (a todos los niveles) tendría para un individuo teórico de esta clase el descubrimiento de dicha verdad?

Existen otros muchos puntos de interés en esta interesantísima película (cuyo objeto de estudio daría para investigaciones sociológicas, antropológicas, psicológicas, psiquiátricas y filosóficas entre otras), pero prefiero no sobrecargar de información este post para dar a conocer la película y efectuar un pequeño análisis filosófico de la misma. Un saludo y hasta la próxima.

Autor: Miguel Campos

Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid en la especialidad de Historia Contemporánea.

3 pensamientos en “El show de Platón

  1. Está muy bien la entrada. Para seguir profundizando sobre la relación entre el Mito de la Caverna y el cine, así como las relaciones entre las ideas de apariencia, verdad, realidad y televisión te recomiendo que leas «Televisión: Apariencia y Verdad» de Gustavo Bueno.

  2. No pasa nada, como buen misionero yo te convertiré a través del amor y el martillo filosófico jeje. Te dejo unos enlaces donde puedes encontrar todo el material que quieras http://www.fgbueno.es/ http://www.filosofia.org/ http://www.filosofia.org/filomat/index.htm http://www.fgbueno.es/gbm/index.htm https://www.youtube.com/channel/UCTk2A7wvb42tpGRx12NMAbw https://www.youtube.com/channel/UCqoZg7jNSnlYc-sVMiMK6lQ https://www.youtube.com/channel/UCVN6pJ_dOxO2xyqaxgy3fLQ Ea, a disfrutar jeje

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